Isla Mágica
Visitamos Isla Mágica y, de propina, también Agua Mágica. Un Parque temático y un parque acuático todo en uno. ¿Quieres saber lo que nos parecieron?
Isla Mágica. Toma de contacto
Antes de conocerlo pensaba que Isla mágica era un parque temático pequeño. Llevábamos años tratando de buscar una disculpa para visitarlo, pero nunca fue un destino que de por sí nos llevase a realizar los 1.000 km que necesitamos para llegar a Sevilla. Además, el calor sevillano en época de vacaciones de verano siempre fue un freno en nuestra intención de llevar a nuestros niños a la ciudad de la Giralda.
Ahora nuestra percepción ha cambiado. Por una parte, Isla Mágica no es tan pequeño como pensábamos, y le colocaremos con justicia el cartel de “parque mediano”. Y más, y este es el segundo motivo, con la apertura en 2014 del parque acuático “Agua Mágica”, que hace que se pueda pasar muy bien un día de calor en Sevilla.
Para los conocedores de otros parques de atracciones, Isla Mágica no sorprenderá con atracciones novedosas. Hay un poco de todo lo ya conocido, pero no por ello peor que en otras partes. Las atracciones nos han gustado y sin duda ofrecen un día de diversión para todas las edades. Lo que sí nos ha sorprendido es lo bonito que es el parque. Basada su temática en el descubrimiento de América, han conseguido hacer un recorrido muy vistoso, con un lago central, una impresionante fortaleza muy realista, galeones y rincones con ese especial ambiente “isla del tesoro”.
El parque acuático es pequeño pero tiene de todo: piscina infantil, río, piscina de olas e, incluso, unos buenos toboganes acuáticos, de altura con kamikaze incluido. En realidad, a Isla Mágica le va como anillo al dedo y hacen un conjunto muy completo. La entrada a ambos parques permite ir de un parque a otro. Nosotros aprovechamos y fuimos a atracciones en la primera y última parte del día, y disfrutamos del aquapark en las horas centrales del día y del calor.
Como era de esperar, Isla Mágica está fuerte en atracciones de agua (Caída en splásh, tanto en barcaza como en troncos, río con rápidos para bajar en “dónuts” y circuito de “guerra de chorros” en barca), en todos nos mojaremos, aunque menos de lo que imaginábamos, mucho menos que sus homólogas del parque Warner, de las que sales literalmente “chorreando”. Por si acaso encontraremos diversas fuentes distribuidas por el parque que pueden ser tan divertidas como una propia atracción mecánica.
Tampoco le falta un espectáculo final en el lago de luces y agua, con novedosas sorpresas incluidas.
Con sólo un día, a repartir entre el parque y el aquapark, nos ha quedado mucho por ver y probar, y no os podemos dejar más que nuestra primera impresión y unas cuantas fotos, a la espera de tener oportunidad de analizar más a fondo este trocito de magia en el sur de España.